LA SELECTIVIDAD QUE NO FUE

Acabamos curso y nos preparamos para la selectividad (E.A.U.,E.B.A.U,...). Y en los colegios nos preparamos para nuevo currículo de 2º de Bachillerato, y para nueva prueba selectiva; una nueva E.A.U., que lleva años dando vueltas entre los organismos y administraciones políticas.     Pues no.   Que ya no.


En julio del año pasado se hacía la presentación ( o por lo menos comunicación desde el gobierno ) de unas directrices para la construcción de la prueba donde lo más llamativo  -a priori- era la "prueba de madurez" y la disminución de exámenes. Todo ello iba aparejado a un cambio de principios y enfoques pedagógicos que se pretendían revolucionarios y facilitadores del cambio hacia "nuevos modelos de economía y ciudadanía".


No hacía falta llevar más años que un árbol en la enseñanza para ver las costuras y los difíciles arreglos de un traje como este. La concepción de la prueba en sí enfrentaría a docentes universitarios, rectores, evaluadores de la prueba, docentes de Bachillerato, administraciones educativas, gobiernos con transferencias educativas , gobiernos con menos transferencias,etc. Pero también mostraba un salto en la concepción misma de la enseñanza y la formación (lo de la educación también entra -claro-).                       El complemento de "para la madurez" no se utilizaba por primera vez al referirse a la prueba selectiva (cuando una prueba selecciona a entre el 93 y  el 99% de los candidatos ya nos dice mucho), pero en este caso parecía otorgársele un espacio principal. 

 


"Estos cambios proponían dividir la EvAU en cuatro ejercicios hasta 2026, con un peso del 25 % cada uno.Los cambios se incluían en un marco transitorio que abarcaba un periodo de adaptación desde 2023 hasta 2026.

La prueba iba a constar de un examen sobre la materia de modalidad de prueba elegida por el alumno o alumna, otros dos de materias comunes de Historia de la Filosofía e Historia de España y un cuarto examen, la llamada “prueba de madurez”. Se trataba de un ejercicio de carácter general, con el objetivo de evaluar las destrezas del alumno asociadas al ámbito lingüístico y su madurez académica. 

El objetivo del Ministerio era que, tras el periodo de adaptación, que ya se retrasó un curso el pasado mes de diciembre, esta prueba de madurez tuviese un peso del 75 % de la nota final, sustituyendo a los ejercicios de las materias comunes. Así, la EvAU estaba destinada a dividirse en tan solo dos ejercicios: la prueba de madurez y un ejercicio sobre la materia de modalidad elegida por el estudiante. "

 

 

El período transitorio incluía elecciones entre materias comunes, y luego desapariciones de estas materias..de manera que al final quedara solamente el ejercicio de madurez  y un ejercicio de la materia de modalidad (ahí ya la madurez desaparecía o se consideraba que en ella no era tan necesaria la comprobación de la misma). 

No es el momento de metaironías o de críticas generales a las administraciones educativas (en su conjunto), pero sí convendría dejar un espacio para que , cada uno en su nivel, revisara un poco qué ocurre con la educación hoy, qué valor le damos a la madurez, y de qué manera estamos sacando al "mundo real" (personal y económico) a los chavales. 

De momento, una vez superada la fiesta de la democracia que nos espera en julio, esperaremos a ver qué camino toman los cambios...





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